La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha mostrado consciente de que uno de los elementos clave para reducir el uso de combustibles fósiles que exige la lucha contra el cambio climático tiene que ver con la forma en la que los países permiten subsidios, y ha apostado por limitarlos solo a "motivos sociales", en un momento en el que arrecian las demandas para recuperar el descuento de 20 céntimos por litro de gasolina o gasoil ante el elevado precio que están experimentando de nuevo desde hace días.

Ribera ha apostado por ver cómo poder "reducir estos subsidios, para asegurar de que en caso de que los haya sea por motivos sociales", ha indicado en una rueda de prensa al término de la Cumbre de la Energía y Clima que se ha celebrado este lunes en Madrid como reunión preparatoria para la COP28 que empezará a finales de noviembre en Dubái. 

Introduciendo la cuestión "social", la vicepresidenta se ha mostrado un poco más comprensiva que, a su lado, el director general de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), Fatih Birol, que ha afirmado que dejar de subsidiar los combustibles fósiles es obligatorio -un "must"- porque suponen "incentivar" el uso de petróleo, gas o carbón en un momento en el que la comunidad internacional busca un compromiso para dejar de invertir en ellos, de modo que al "pico" de consumo que se espera como muy tarde para 2030 le siga una senda descendente, en la que sea sustituida por energías renovables.

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"Los subsidios a los combustibles fósiles son globales y son el mayor incentivo para incrementar el uso, porque hacen más baratos el gas, el petróleo y el carbón y dan incentivos para usarlos más", ha enfatizado Birol, que ha calculado que estas ayudas suponen poner en manos de los consumidores 500 euros al año.

Suben los precios

A pesar de la necesidad reconocida por muchos gobiernos, entre ellos el español, de que subsidiar los combustibles fósiles incrementa su uso, cuando a lo que se ha de tender es a ir a reducirlo, el repunte de los precios de la gasolina y el gasoil en los últimos días ha suscitado las demandas entre los conductores particulares y el sector profesional del transporte del recuperar las ayudas que estuvieron en pie el año pasado o elevar el importe de las únicas que quedan en pie, para los profesionales. 

En marzo del año pasado, en plena crisis de precios, el Gobierno aprobó una ayuda de 20 céntimos por litro repostado para todos los conductores que, en el caso de los particulares eliminó en diciembre de 2022. Entonces, solo quedó una ayuda, en este caso de 10 céntimos por litro, para conductores profesionales y sector agrícola, que desde este domingo, 1 de octubre, se ha reducido a la mitad, a cinco céntimos por litro. 

En paralelo, el precio de los carburantes ha vuelto a subir, de modo que está superando cifras del año pasado. Según la patronal de las gasolineras, CEEES, este lunes el precio medio nacional de la gasolina era 1,755 euros por litro, cuando el mismo día de 2022 era 1,688 y en 2021, 1,459 euros. El gasoil marcaba este lunes 1,692 euros el litro, menos que el 2 de octubre de 2022 (1,818) pero más que en la misma fecha de 2021, cuando estaba a 1,321 euros el litro. 

En este escenario, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha reclamado al Gobierno que suba la bonificación de los carburantes hasta la cantidad inicial de 20 céntimos por litro para hacer frente al encarecimiento del combustible y el ministro de Industria en funciones, Héctor Gómez, se ha mostrado dispuesto, al menos, a dialogar sobre tal posibilidad. 

Según ha dicho, el Gobierno es "consciente de las reivindicaciones" de los transportistas y ha apostado por el diálogo con los afectados y "el canal más adecuado para alcanzar puntos de encuentro es el diálogo". Siempre lo hemos hecho en el pasado y lo haremos también ahora", ha asegurado.